Residentes del Perrando: «Pedimos lo mínimo, comida y baño, ni eso tenemos»

Sociedad

Médicos residentes del hospital Perrando expresaron su malestar cuando les negaron comida incluida dentro del acuerdo laboral. En consecuencia, los mismos expusieron las penas que atraviesan al cumplir con su tarea.

“Todo el hospital está de paro, nosotros seguimos trabajando. Ahora no sólo hacemos de médicos, hacemos también el trabajo del personal no médico, funciones que no nos corresponden. No podemos soportar que ahora nos quieran dejar sin comer”, avisaron. Además de la normalización de la ración de comida, algo que hasta ayer se concretó, los residentes resumieron su reclamo en cinco puntos: mejora salarial, descanso post guardia, obra social, aporte jubilatorio y mejoras edilicias. Ninguno es nuevo.

“Este tipo de reclamos tiene, como mínimo tres años”, explicaron los R3, los residentes de mayor antigüedad en la institución. “Tenemos diálogo con el Comité de Residentes y el Comité de Docencia y Educación, pero no logramos respuestas concretas o mejoras evidentes”, destacaron. Ayer, luego de su reclamo, lograron también dialogar con una de las codirectoras del Perrando, la doctora Silvina Verónica Grillo. También se entrevistaron con representantes de la Defensoría del Pueblo, en este caso el defensor adjunto, Hugo Maldonado.

En diciembre ya se habían reunido con otras autoridades del hospital. En aquel momento al 22 de diciembre, no habían cobrado sus sueldos y no tenían dinero para las fiestas. Pero además ya en 2015 se presentaron notas de reclamo. Y este año, se entregaron notas a las autoridades del hospital “en enero, febrero y marzo”, recordaron.

Los residentes son profesionales recibidos, que consiguieron su matrícula después de carreras de no menos de 5 años y de hasta 8 en algunos casos. Tienen sello, la misma responsabilidad civil que un profesional de planta, pero en cambio las condiciones son muy diferentes.

“Tenemos dedicación exclusiva con el hospital, somos trabajadores full time. Ninguno de los residentes trabaja fuera del hospital. Pero en cambio, somos los peores pagos y el 50% estamos en negro”, expresaron.

Los médicos residentes cobran gracias a becas, de las cuales la mitad son nacionales y la mitad provinciales. Las nacionales ofrecen obra social y aportes jubilatorios, las provinciales no.

En cambio, la informalidad laboral no es lo peor. Las condiciones laborales preocupan sobremanera. “No tenemos las hora de descanso suficiente luego de las guardias, por lo que llegamos a tener jornadas de hasta 40 horas corridas”, aseguraron.

Según explicaron, un residente puede enfrentar una jornada de entre 12 y 16 horas después de una guardia de 24. “En mi servicio entramos entre las 3 y las 4 de la madrugada a un servicio. Salimos al otro día cerca de la medianoche”, detalló una de las residentes.

“Lo peor es que muchas veces estamos sin dormir y hasta sin poder ir al baño. Las condiciones edilicias son muy malas, no tenemos agua muchos días. Tenemos baños habilitados pero que no deberían, porque están entre piezas y sin ventilación. Los inodoros están tapados, no tienen agua caliente. Se dan días en que hay ocho residentes de guardias y sólo hay dos camas para dormir”, describieron.

 

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