Mempo: “Sostenemos la idea de que dar de leer es tan importante como dar de comer”

Sociedad

En una entrevista concedida a la periodista, Milena Heinrich, para la agencia de noticias Télam, el escritor chaqueño, Mempo Giardinelli, habló de lo que será el 21º Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, que comenzará este miércoles y se extenderá hasta el sábado.

Giardinelli destacó el crecimiento del Foro gracias al “buen trabajo de muchísima gente y la calidad de los debates”. Dijo que “dar de leer” es tan importante como “dar de comer” y cuestionó al gobierno nacional por el retroceso en las políticas de fomento del libro. “El Plan Nacional de Lectura está prácticamente desmantelado y se ha liquidado el programa Conectar Igualdad”, señaló.

 

  • ¿Qué significa un Foro por el Fomento del Libro y la Lectura? ¿A qué apunta? ¿Qué objetivos tiene? ¿Por qué es importante la lectura/libro?

El Foro se propone mantener en agenda y profundizar el debate en torno a las políticas de lectura, que en nuestra sociedad es mucho más que convencer acerca de la importancia de leer. Nuestros países exigen trabajos sustantivos de fomento, para generalizar a la lectura como factor fundamental en la construcción de ciudadanía, lo que implica hacer de cada persona, niño o grande, un mejor lector de la realidad y de la información básica para el acceso a todos los derechos. Nosotros sostenemos además la idea de que dar de leer es tan importante como dar de comer y suscribimos el derecho a la belleza.

 

  • El lema de esta edición es “La lectura: una práctica social siempre en emergencia”. La pregunta es entonces: ¿por qué ese lema? Desde la primera edición hasta al presente ¿fue cambiando el estado de situación de la práctica de la lectura? ¿Tenemos más lectores en Argentina o América Latina que hace 20 años?

Desde 1996, cuando empezamos en pleno menemato, con la banalidad en ascenso y la lectura caída en descrédito, hay que decir que se avanzó mucho y particularmente durante lo que va de este siglo. Nosotros, como entidad privada y autónoma, hemos contribuído a la existencia de políticas públicas de lectura en todos los niveles del Estado, las que han dado excelentes resultados. Las últimas encuestas nacionales de lectura mostraban generaciones de chicos más lectores que sus padres y docentes. Esas políticas hoy se han discontinuado o están en retroceso, lo que es gravísimo, y por eso hemos vuelto a la emergencia.

 

  • Y en relación a la pregunta anterior: ¿qué está pasando con la lectura en la actualidad? Cuando ocurren retrocesos en materia de políticas públicas respecto a estos temas, tal como sostienen desde la Fundación, ¿qué pasa con esa práctica social?

Si acordamos que todos tenemos derecho a la lectura (lo que a su vez abre puertas para el ejercicio de otros derechos), el Estado tiene la obligación de garantizar condiciones de acceso a la lectura equitativas. Las políticas que se desarrollaron hasta diciembre pasado eran muchas y sin duda eran perfectibles, pero existían. Hoy el retroceso es palpable: el Plan Nacional de Lectura está prácticamente desmantelado, el Estado está dejando de producir, comprar y entregar libros, y se ha liquidado el programa Conectar Igualdad, que había entregado cinco millones y medio de computadoras que no eran, como se decía, ni para jugar ni para propaganda política. Y es un hecho que cuando los lectores poco asiduos no encuentran apoyo para la práctica, o cuando el entorno social no la valora, la abandonan. En pocos meses una escuela que trabajosamente se venía convirtiendo en una comunidad de lectores, en cuanto se le recortan recursos y estímulos abandona el proceso.

 

  • Desde el sentido común suele asociarse que el fomento de la lectura es para niños y jóvenes, sin embargo desde la Fundación apuestan por difundir esa práctica a todas las generaciones. ¿Cómo se fomenta la lectura en adultos? ¿Hay diferencias entre unos y otros?

Sostengo desde hace años que la lectura no es un problema de los chicos sino de los grandes. No encontrarás un niño que te diga “no quiero que me leas” si se le ofrece un cuento. Pero los padres, docentes y bibliotecarios de ahora fueron víctimas de una pésima educación lectora en años de dictadura. El autoritarismo y la censura cambiaron el paradigma lector en nuestro país: el libro y la lectura pasaron a ser subversivos o un trabajo. Nuestra tarea apunta a recuperar a esas generaciones como lectores.

 

  • ¿Y cómo se asocia lectura y “buena” literatura? ¿Deben ir de la mano? Cuando se fomenta la lectura, ¿sólo se buscan lectores, o lectores de «buena» literatura? ¿Es importante esa distinción?

Para nosotros es muy importante. Pretendemos formar lectores exigentes que decanten siempre por lo más bello, y por lo que tiene un trasfondo profundo. Leer cosas que te dejan parado en la misma baldosa en la que estabas no aporta a la vida de nadie. Nosotros estimulamos lectura literaria de calidad, porque sabemos que la lectura es una experiencia potente y transformadora.

 

  • En perspectiva hacia atrás, a sus primeras ediciones: ¿cómo fue creciendo el Foro? ¿Qué significa que un evento de esa magnitud se realice en Resistencia y por fuera de las grandes ciudades?

Las cosas se hacen donde se hacen, y en la Argentina son muchas las cosas buenas que no pasan por Buenos Aires. El Foro crece por el buen trabajo de muchísima gente, por la calidad de los debates, por las acciones resultantes. Así el público se multiplica, aprende, cambia, exige. Yo no sé si esto se podría hacer o no en la capital, pero sé que vale la pena hacerlo aquí porque aquí hace mucha falta.

 

  • Durante tres días se reunirán escritores, bibliotecarios, académicos, estudiantes, editores y público en general. ¿Qué esperan/desean que ocurra con tanta gente dispuesta a hablar de literatura, libros y lectura? ¿Cuál es el desafío que los convoca cada vez que organizan una nueva edición?

Nuestro público se renueva, cada año, aproximadamente en un tercio. Hay quienes participan desde hace 20 años y quienes se suman por primera vez. Eso nos alienta mucho, porque cuatro días de intercambio en profundidad son un desafío. Este año nos proponemos revisar el rol de los intelectuales, las bibliotecas, las escuelas, las universidades y en general el mundo del libro ante un Estado que ahora abandona las políticas de fomento lector. Y además vamos a disfrutar, con miles de participantes, del talento de una veintena de invitados de Latinoamérica, Europa y nuestro país, que es lo que más nos gusta hacer a los lectores: leer y dialogar.

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