La historia de una niña ahora mujer, arrancada tal vez de los brazos de su madre, que vivió en una familia donde el amor escaseó y no fue el eje de la familia. Que en la búsqueda de su identidad, se encontró en un callejón sin salida y hasta casi salido de la ficción.
Esta es la historia de Cynthia Natali Paulón Aguirre, una joven de 25 años, oriunda de La Escondida; profesora de historia.
Cynthia supo desde pequeña que era hija adoptada pero con pocas precisiones; “siempre fue un tema tabú en mi familia”, contó en exclusiva a TN24. “Fuiste adoptada y naciste en el Perrando”, fue todo lo que le dijeron.
Su padre adoptivo se llama Oscar Alfredo Paulón, y fue él quien le contó a Cynthia que “un día lo llamaron al trabajo y le dijeron que tenían una nena para dar en adopción”. Según precisó el hombre, era el mes de junio del año 1991, cuando recibió un llamado de quien en ese entonces se desempeñaba como Defensor Oficial en Resistencia, y que actualmente ocupa el cargo de Juez en Primera Instancia en lo Civil y Comercial, también en la capital chaqueña.
Con sólo siete días de vida, Cynthia fue recibida por ésta familia; y cuando fue creciendo e indagando – lo poco que se le permitía – los familiares de sus padres adoptivos le contaron que “apareció en la familia de un día para otro”, que jamás supieron que sus padres estuviesen en trámites para adopción y que nunca dieron ningún dato ni comentaron nada en la familia respecto a su procedencia.
Su mala relación con su madre adoptiva, -con quien tiene hasta una causa judicial en proceso – Petrona Gladis Aguirre, es de larga data, razón que la llevó a dejar su hogar y comenzar la búsqueda de su identidad y de su madre biológica, hace un año y medio.
La búsqueda
Su padre adoptivo, “quien hizo de mamá y papá” en los años de vida de Cynthia, le contó cómo fue el día que ella llegó a sus vidas “el mismo defensor lo llamó, viajó a buscarlo en un auto hasta La Escondida, lo llevó hasta Resistencia, les entregó la bebé y los embarcó nuevamente hasta su pueblo”, donde creció y vivió hasta mediados del 2015. Las propias palabras de su padre “el defensor hizo de remis”.
Su búsqueda inicia en el hospital Perrando, que es el lugar donde le dijeron sus adoptantes que ella nació. Allí se negaron a darle algún dato “por políticas de privacidad que tiene el lugar y que se dirigiera al Registro Civil”.
Con su marido se dirige al Registro de las Personas en Resistencia.
Sus padres adoptivos siempre le dijeron que tenían adopción plena de ella. Pero en el Registro, donde en un principio se negaron a proporcionarle algún tipo de dato, “constató que su adopción no es plena”.
En el libro donde figura su nacimiento los renglones “están vacíos”, dato de madre incompleto, dato de padre, incompleto, solamente figuraban los nombres de una partera, Lidia Altamirano y una testigo de nombre Susana. Ella figuraba anotada con el apellido “Martínez”.
Allí accedió al registro donde figuraba su adopción, con sus nuevos apellidos y los nombres de los adoptantes antes mencionados (Paulón – Aguirre).
Continuando con su búsqueda, Cynthia se dirigió al área de Neonatología del Perrando, donde una mujer – que llorando le pidió que resguardara su identidad por temor a perder su trabajo- abrió el libro en la fecha que ella nació: “el 30 de mayo de 1991 a las 11.45”, y le informa que ese día y a esa misma hora, figuraba una sola mujer teniendo un bebé en el hospital. La trabajadora de salud le dio el número de documento y nombre de la misma, por lo que Cynthia comienza a buscarla.
La encuentra por medio del padrón, una mujer que vive en Salta.
Esperanzada y feliz por haber encontrado a quien podría ser su madre biológica y finalmente encontrar su identidad, se dirige a la provincia de Salta a encontrarse con la mujer.
La mujer salteña, tenía una historia un poco turbia en el nacimiento de su hijo. Le contó que jamás se había hecho una ecografía durante los 9 meses de embarazo, por lo que no tenía certeza de haber tenido uno o dos hijos… duda que se dimensionó al recibir a Cynthia con esa información. Un 25 de enero, la mujer tuvo su hijo de urgencia, en Yacuy – localidad del Departamento General José de San Martín, provincia de Salta, que se encuentra sobre la Ruta Nacional 34 al norte de la ciudad de Tartagal- , donde “casualmente” su parto fue asistido por el doctor Carlos Eduardo Torres, un médico rosarino que fue intensamente buscado por la Policía por ser considerado una pieza clave en el engranaje de una supuesta mega organización de tráfico de bebés y que luego estuvo detenido en el año 2010 tras la denuncia de varias mujeres.
Malas noticias
Pero, si bien todo parecía tomar rumbo y las piezas de alguna manera encajaban, el análisis de ADN dio como resultado NEGATIVO. “Fue un golpe duro, cómo puede ser que en un hospital se cambien los datos como si nada, viajé a Salta a hacerme el ADN, pensando que ya cerraba la historia de mi vida, pero quedé en la nada. Fue un sacrificio enorme viajar hasta allá, lo hice embarazada, y que el análisis diera negativo y que los datos sean falsos, fue desgarrante”.
“Lo llamativo de esto es que en los registros del hospital Perrando figuren los datos de esta mujer como que dio a luz en Resistencia, cuando ella asegura que jamás en su vida estuvo en la provincia…es un poco raro”.
Toda esta situación, dejó en cero nuevamente a Cynthia y con la posibilidad de que todos los datos provistos en el hospital, por sus adoptantes, y por el Registro Civil sean totalmente falsos y abriendo una puerta hacia un mundo macabro, como lo es el tráfico de bebés.
Cuando se entrevistó con el juez que la entregó a su familia adoptiva, este le manifestó no acordarse de nada, “pero a medida que avanzaba la conversación su memoria se refrescaba y recordó quienes eran sus adoptantes, dónde trabajaban, dónde vivían”, pero el dato más importante: el lugar de donde proviene, su madre biológica, su lugar de nacimiento, su identidad… no lo recordaba.
Robo de bebés
Finalmente, Cynthia, ante el requerimiento de saber si se trata de un caso de robo de bebés, dijo: «No tengo duda que, o fui robada o comprada, como tampoco que este es un caso muy turbio, por la falsedad de los datos, tanto en el Perrando como en el Registro Civil».
Hoy, sin ningún dato certero, con total incertidumbre y llena de tristeza, sin saber hacia dónde ir, qué puerta golpear, a quién más preguntar, Cynthia busca a su madre por las redes sociales, con la única información que tiene y que hasta podría ser falsa, la fecha y lugar de su nacimiento, un 30 de mayo de 1991 a las 11.45, en el hospital Perrando.
Sabe que el camino puede ser infructuoso, sin embargo, nada detendrá a Cynthia en su búsqueda por encontrar a su verdadera familia. Aunque en ello se le vaya la vida.