El Superior Tribunal de Justicia realizó una inspección en la Alcaidía de Resistencia, en medio de un hábeas corpus interpuesto por la Defensoría General. En consecuencia, los funcionarios de la justicia detectaron «condiciones inhumanas para el alojamiento de internos». Asimismo le dieron al gobierno 24 horas para que informe acerca de esta situación.
La inspección ocular de funcionarios del Superior Tribunal de Justicia en la sede del Pabellón IX del Complejo Penitenciario I de la ciudad de Resistencia determinó el pésimo estado de detención de casi 40 personas en el lugar.
Sólo dos baños con artefactos rotos, sin agua potable, hacinamiento, gente durmiendo en el suelo, con instalación eléctrica deficiente y expuesta, son algunos de la circunstancias que pudo determinar la visita encabezada por los jueces del Superior Tribunal, Rolando Ignacio Toledo y Emilia María Valle.
Los funcionarios fueron recibidos por el subcomisario Juan Manuel Rojas, a cargo de la División Especial Alcaidía, el comisario general Miguel Angel Cañete, subdirector del Servicio Penitenciario Provincial y Readaptación Social y se encontraban presentes además, el procurador general adjunto, Miguel Fonteina y el fiscal penal especial de Derechos Humanos, Francisco Daniel Turraca.
Cuando la inspección ya había llegado se hicieron presentes también Lucía Saldívar, en representación de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia; la defensora general, Alicia Alcalá, la defensora adjunta, Gisela Wirz, y el subsecretario de Asuntos Penitenciarios, Héctor Hugo Lisboa.
La recorrida se hizo en el marco de un hábeas corpus colectivo y correctivo interpuesto por la Defensoría General y durante la misma, los funcionarios judiciales mantuvieron entrevistas con los internos quienes manifestaron que no tenían colchones en las celdas, aunque en la noche anterior a la inspección ocular les fueron proporcionados.
Dentro del pabellón, se sirve agua de manera fraccionada cuatro veces al día para todo tipo de uso, en los horarios de 9, 12, 17 y 21 horas. Además, adelantaron a los funcionarios el mal estado de los baños existentes en el pabellón.
Esa circunstancia fue verificada durante la recorrida donde se constató un avanzado estado de deterioro de la edificación en general, la instalación eléctrica deficiente y peligrosa, cables expuestos sin protección alguna.
En la zona de sanitarios, existen sólo cuatro baños, de los cuales sólo dos se encuentran habilitados para el uso de treinta y siete personas, en avanzado estado de deterioro, con sanitarios rotos, sin provisión de agua potable y en pésimas condiciones de higiene. Los otros dos no poseen ningún artefacto sanitario. En las celdas se observó hacinamiento de personas, con alojados durmiendo en el suelo.
