Rocío Pared, de 11 años, murió el 9 de septiembre luego de comer mandarinas en una quinta de Mburucuyá. El abogado de la familia reveló que las frutas tenían dosis sumamente letales de Carbofurán, y que hasta el momento hay una sola persona detenida.
A más de tres meses del trágico hecho que conmocionó a toda la provincia, el abogado querellante Francisco Pissarello brindó detalles de la causa y aportó datos importantes tras una serie de estudios que se realizaron en las últimas semanas.
En ese sentido, el representante de la familia Pared contó que el 21 de noviembre quedó imputado el encargado del campo. Se trata de un hombre mayor de edad identificado como Faustino Mendoza, el único detenido por la muerte de la menor. También indicó que el dueño del establecimiento, Luis Brest, fue citado en condición de testigo sospechoso.
Con los resultados de la autopsia concluidos, Pissarello explicó a Radio Sudamericana que se hallaron altos valores de Carbofurán y Carbofuranfenol en el cuerpo de la víctima. “En el estómago de la pobre Rocío habían alimentos citrícolas”, dijo el abogado y agregó: “de manera que la autopsia determina que la muerte de Roció se produce por comer una mandarina y que esas mandarinas contenían Carbofurán”.
“La autopsia acredita lo que decíamos allá en septiembre cuando ocurrió la desgracia, de que este tipo de empresarios jóvenes y exitosos utilizan un sistema de producción antiguo y económico poniendo en riesgo la vida de los seres humanos como Rocío”, sostuvo el defensor.
Asimismo, aseguró que “hay empleados que reconocen que estaban envenenadas las mandarinas”.
Además, Pissarello detalló que «el informe del Inta de Castelar – Buenos Aires- determinó que las mandarinas tenían una alta dosis de Carbofurán. Las frutas tenían casi dos veces más que la dosis aguda, de manera que la mandarina no solo tenía la dosis letal sino que estaba duplicada”.
Cabe mencionar que la causa está caratulada como homicidio culposo, y la jueza a cargo fijó que la audiencia sea el 25 de abril de 2018.