La Universidad Católica Argentina reflejó nuevas estadísticas de pobreza en el país, que deja en evidencia la falta de garantías y desarrollo por parte del Gobierno de Mauricio Macri. En la actualidad, hay 260 mil nuevos chicos que viven en condiciones de pobreza.
De acuerdo al Barómetro de la Deuda Social de la Infancia que elabora la UCA, unos 8,2 millones de niños y adolescentes viven en hogares con distintos grados de pobreza. A pesar de que en 2017, los hogares tuvieron una mejora en sus ingresos, la pobreza infantil multidimensional, que toma en cuenta un conjunto de indicadores sociales, pegó un nuevo salto y alcanzó al 62,5% de los chicos menores de 17 años.
En este contexto, dos de cada tres chicos y adolescentes viven en hogares con privaciones en vivienda, saneamiento, educación, salud u otros indicadores socioeconómicos. Pero tal vez lo más preocupante es que hay 260 mil nuevos chicos pobres con relación al 60,4%, que arrojó la medición en 2016. Sin embargo, la UCA, incluye más regiones donde la situación es más grave, porque eleva varios puntos de pobreza infantil multidimensional.
En tanto que, el Conurbano bonaerense, registra una situación más crítica donde la pobreza infantil ascendió al 75,3%, es decir, tres de cada cuatro chicos del Gran Buenos Aires vive en hogares con carencias estructurales.
A su vez, la pobreza estructural infantil media, según las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), es del 28% (16% en CABA y 33% en GBA) con la EDSA. Al igual que el INDEC, aunque con valores distintos, para la UCA la pobreza infantil medida por los ingresos de los hogares se redujo del 47,2% al 42,5% y la tasa de indigencia bajó del 11,4 al 10,1% durante 2017.
ADOLESCENTES POBRES
Por otra parte, en base a un análisis que considera el acceso insuficiente o inadecuado de las familias a alguna de las necesidades básicas, como alimentación, vivienda, asistencia médica, saneamiento o educación, para la UCA la pobreza «multidimensional» entre los niños y adolescentes de 0 a 17 años pegó un nuevo salto.
Es que, según Lanina Tuñon, Coordinadora del Estudio, además de los bajos ingresos de los hogares pobres, ‘la desprotección social que supone la situación de pobreza expone a los niños y adolescentes a múltiples vulnerabilidades: habitacionales, nutricionales, enfermedades, accidentes, explotación, violencia, discriminación y acceso insuficiente o inadecuado a la vestimenta, al calzado, a a asistencia médica pero también a la estimulación emocional, intelectual y social. Es por ello, que se valora específicamente el enfoque de derechos y la perspectiva multidimensional como medida desde donde definir la pobreza‘.
Tuñon explica que «las infancias no acumulan todas las carencias, muchos residen en viviendas precarias, hacinados o en condiciones inadecuadas en términos del saneamiento, muchos otros no acceden a la atención de la salud, menos son los que no acceden a la educación o a la información, y muchos menos los que no pueden garantizar su alimentación. Sin embargo, está claro que el Estado argentino está lejos de poder garantizar una vida plena y en perspectiva de desarrollo de capacidades para el ejercicio de libertades fundamentales». Sobre esta base, la UCA desarrolló una metodología eficiente de análisis.
Fuente: Clarín