La última sobreviviente de la Masacre de Napalpí, Rosa Grilo, fue invitada a un acto homenaje y reparatorio en reconocimiento a su historia y testimonio, la cual fue clave en la investigación del genocidio ocurrido en 1924. El homenaje se realizará este miércoles, a las 12, en el Anexo de la Cámara de Diputados de la Nación.
La Masacre de Napalpí fue una de las de mayor magnitud de la Argentina, cuyos crímenes de lesa humanidad son investigados 90 años después. Se trata de la matanza perpetrada por el Estado Nacional contra grupos indígenas, instalados en Chaco, que se negaban a ser explotados y reclamaban por mejores condiciones de vida y respeto por su cultura, creencias y tradiciones ancestrales. El 19 de julio de 1924, un grupo de policías disparó contra los pobladores y aniquiló entre 400 y 500 personas. A la matanza le siguieron meses de persecución a los sobrevivientes que, como Rosa, se habían ocultado con sus familias en el monte.
Rosa Grilo, pertenece a la comunidad qom, vive en el Paraje 40 de Colonia Aborígen; nació el 5 de febrero de 1924, según consta en su DNI, aunque para esa fecha ya contaba con unos 6 o 7 años, y se estima que tiene más de 100 años. Brindó recientemente su testimonio a la Fiscalía Federal de Resistencia que requerirá la apertura de un juicio por la verdad, con el objetivo que se dicte una sentencia que reconstruya lo sucedido, con un sentido de reparación histórica a los pueblos indígenas víctimas.
Este homenaje y reconocimiento tiene un fin reparatorio para la recuperación de la memoria histórica, la difusión pública y completa de la verdad de los crímenes perpetrados, y el reconocimiento social y dignificación de las víctimas.