Los evacuados, la tercera parte de ellos residentes en Asunción, se instalan en casas precarias en las plazas de la capital paraguaya.
Según definió el diario El País, esta crecida es la más alta en cinco décadas. En Asunción hubo más de 30 mil evacuados, por lo que el presidente Mario Abdo Benítez declaró emergencia ambiental. Sus principales plazas y calles se han llenado de refugios improvisados levantados por los vecinos de los barrios más afectados, que son también los más humildes.
Grupos de bomberos voluntarios, servicios de emergencia nacional y miembros de la Cruz Roja se desplazaron hasta allí para socorrer a los vecinos, pero no pudieron evitar el desplazamiento de al menos 7.500 familias, según las cifras de las autoridades municipales.
“Esta situación no se daba desde hace 48 años: el río crece aceleradamente (…) Podemos hablar de 22.000 familias afectadas en todo el país», dijo ayer el titular de la Secretaría de Emergencia Nacional de Paraguay, Joaquín Roa, quién explicó en la estación de radio Monumental que la subida del río se debe a las intensas lluvias en el norte del país. “La crecida que se ha generado hasta el momento es atípica y extraordinaria”, afirma el último informe hidrometeorológico, que sitúa al río en al menos 6,85 metros a su paso por Asunción y alerta que otras ciudades paraguayas como Alberdi, Concepción, Bahía Negra y Pilar están en situación similar o peor.
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