El gobernador correntino Gustavo Valdés, junto al director de Información Pública de la Provincia, Julio Burna, serían los principales responsables de una ‘cacería de brujas’ contra la causa más noble y obligada del periodismo: revelar aquello que el Poder quiere o intenta ocultar. Asi lo demuestra la quita de pauta oficial a medios críticos, o en su defecto la entrega millonaria de fondos a un círculo cerrado que podríamos llamar ‘el club de amigos’.
La crisis que atraviesa la provincia parece no afectar a los diarios impresos de la provincia (que cada día cosechan menos lectores y están en retirada), o a los equipos de prensa y difusión de ECO, los cuales mantienen un presupuesto a su favor muy jugoso que parte desde las arcas del Estado (y que corresponden al dinero de todos los contribuyentes).
Hace poco se hizo público que el Ejecutivo paga con fondos públicos la suma de $1.400.000 por mes a tres diarios en concepto de pauta; mientras que a otros medios les deposita menos y , a otros, nada -justamente medios que no ocultan las falencias del oriundo de Ituzaingó y su equipo-.
Otros tantos millones habrían sido volcados a la prensa de redes sociales, con producciones cinematográficas de primer nivel en las que se ve, casi siempre, al gobernador Valdés realizando alguna acción proselitista.
Mientras tanto, esos medios amigos del Gobierno de Corrientes, despiden a periodistas y los precarizan hace años. En ese aspecto, la falla en el control por parte del Ejecutivo es innegable y hasta cómplice.
Otro punto grave corresponde a la discrecionalidad con la que se deciden las pautas oficiales. En ese sentido, Valdés siguió el camino de Mauricio Macri, quien por ejemplo enriqueció aun más a grupos amigos de Capital y Córdoba, entre otros.
En Corrientes, el gobernador borró de un plumazo todo intento de periodismo crítico. Sacó de su camino a portales digitales que mantienen rigurosidad, que son más leídos que la prensa gráfica tradicional y les quitó pauta oficial que es una ley en todo el país. Ese ingreso, que desde la asunción de Valdés muchos dejaron de tener, significó sin dudas una herida de muerte para la libertad de expresión.
Pero lo más grave tiene que ver con la información, algo tan importante tanto para el periodismo como para la gente, pero que todavía sigue brillando por su ausencia en los sitios oficiales del Gobierno provincial.
TN24.COM.AR trató de conocer los gastos públicos de la gestión 2018 de Valdés mediante llamados telefónicos y consultas a los sitios web de las dependencias gubernamentales, pero las páginas siempre dieron ‘error’. Lo mismo pasó este año: cuando quisinos conocer los montos que gasta el Gobierno, no había estadísticas (o tal vez las ocultaron).
Algo parecido pasó con una investigación de alumnos de periodismo de la universidad UCES, quienes decidieron saber si Valdés y los suyos tienen en su haber sobreprecios en la compra de insumos o contrataciones de servicios, pero se encontraron ellos también con puertas cerradas y páginas oficiales vacías de datos.
En la provincia más pobre del país, los fondos tienen prioridades elitistas. Y no son precisamente los necesitados quienes los reciben.
Pero hasta el momento, nadie del Gobierno se puso a pensar que ocultar cifras y datos oficiales podría desencadenar actuaciones de oficio por parte de la Justicia, y hasta la oposición tendría la posibilidad de cuestionar posibles hechos de ‘corrupción’ y/o presuntas ‘malversaciones de fondos’. Es que, como dice un viejo refrán, “Pecado de mucho bulto, no puede estar siempre oculto”.
