Un total de 44 tripulantes que formaban parte de la Armada perdieron la vida, luego de un desperfecto que hundió al buque a casi mil metros de profundidad en inmediaciones de Comodoro Rivadavia.
El 16 de noviembre de 2017, un día después del fatídico hecho, las autoridades de la Armada informaron a los medios que habían perdido el rastro de la nave.
El documento indicaba que el comandante de la Fuerza de Submarinos, declaraba una situación de SUBMISS (submarino perdido) solicitando al Comando de la Flota de Mar y al Comando de la Aviación Naval, dos buques y una aeronave para iniciar un operativo SAR de búsqueda y rescate.
Las explicaciones brindadas en forma oficial por la fuerza naval que referían a un “simple problema de comunicaciones”, contribuyeron a restarle gravedad al hecho. Hoy está perfectamente acreditado que, al momento de emitirse el alerta naval, la suerte de la nave y sus tripulantes ya estaba definitivamente sellada. El submarino San Juan implosionó a las 10:55 hs del 15 de noviembre de 2017, luego que -probablemente- una explosión en uno de sus bancos de baterías dejara a la tripulación incapacitada para poder maniobrar la nave para llevarla a la superficie.
El San Juan sin control se precipitó hacia las profundidades marinas. Al alcanzar una profundidad de aproximadamente 700 metros, su resistencia estructural colapsó por acción de la presión hidrostática que envolvía al submarino y que equivalió a unas 70 veces la presión atmosférica. Su descenso terminó al impactar con su proa en el lecho marino a 907 metros de profundidad.
Las causas y las eventuales responsabilidades, penales, profesionales y políticas sobre lo acontecido son materia de investigación.
Muchas hipótesis han sido descartadas a partir del hallazgo de los restos de la embarcación. Otras siguen ocultas tras un manto tan oscuro como el lecho marino en el que yacen el submarino y sus 44 tripulantes.
Sin la posibilidad de peritar la nave, sin sobrevivientes que puedan brindar testimonio, sin saber en definitiva qué sucedió a bordo antes del momento final, cada vez son más las opiniones que abonan la teoría que sostiene que solamente una parte de la verdad saldrá a la superficie.
El resto será un secreto que el San Juan guardará en sus entrañas para siempre.
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Fuente: Infobae | Fernando Morales.