Las calles de Resistencia son otra de las tantas cuentas pendiente de la gestión de Gustavo Martínez. A casi un año de la asunción como intendente de Resistencia, las falencias son considerablemente mayores que los aciertos (los que en verdad cuestan encontrar), y a los problemas de iluminación u obras generales se le debe sumar el de las calles.
Gustavo Martínez luchó durante varios comicios para poder alcanzar el cargo que hoy ostenta. Sin embargo, ni el más pesimista de los votantes vislumbraba una gestión tan pobre como la actual. Entre la pandemia, el impuestazo, el pedido de préstamos y otras yerbas, casi pasó un año y no inauguró una sola cuadra de pavimento urbano. En verdad, sí acompañó al intendente en una inauguración que tuvo lugar en el barrio Llaponagat, pero se trata de una obra ejecutada por Vialidad Provincial. Incluso, algo sucedió tras ese evento porque otras cuadras de pavimento que se ejecutan en la capital chaqueña, también son llevadas adelante por la provincia, y el jefe comunal salió a despegarse de eso.
Como contrapunto, sólo en el primer año de gestión, en el año 2016, Capitanich como intendente ejecutó 133.5 cuadras de pavimento urbano. Es decir, 133.5 veces más que las que ejecutó Gustavo Martínez en idéntico período.
Pero si bien es real el contexto especial de este 2020, la ausencia del municipio en este ítem también puede apreciarse con solo recorrer las calles pavimentadas de Resistencia, las que en su gran mayoría presentan grandes baches e inconvenientes para la circulación, ya que esos baches muchas veces provocan accidentes o como mínimo pueden romper vehículos.
En el mes de mayo, el intendente de Resistencia anunció un plan de bacheo, pavimentación y desagües a ejecutarse en los meses subsiguientes. Pero esas obras nunca llegaron.
Y si el abandono se vislumbra en las calles asfaltadas, peor situación se da en las calles de tierra, donde muchísimas arterias de la ciudad de Resistencia perdieron casi en su totalidad el ripio, y no se conoce un plan de mejora de esas calles.
Del mismo modo sucede en el gran número de calles de tierra, que se sostienen por la falta de lluvias que hubo en el año, pero en las recientes pequeñas precipitaciones fueron todo un problema para ciento de vecinos.
Se cierre un 2020 para el olvido en todo sentido, es la esperanza de todos que el 2021 sea mejor que el año que se va. Seguramente lo mismo sucede con Gustavo Martínez y sus funcionarios que quizá esperan un golpe de gracia para poder revertir esta compleja situación, con una imagen por el piso y con muy poco para mostrarle a los vecinos.
De la redacción de TN24