Las Leonas, el seleccionado femenino de hockey de Argentina, sucumbieron nuevamente ante las inquebrantables N° 1 del mundo, Países Bajos, en las semifinales de los Juegos Olímpicos 2024. Las ilusiones de las jugadoras argentinas se desvanecieron en un partido que dejó una vez más una profunda sensación de frustración y desconsuelo entre las atletas y el cuerpo técnico.
En la Villa Olímpica de Saint-Denis, a la orilla del río Sena, las esperanzas se mantuvieron vivas noche tras noche. Sin embargo, el encuentro semifinal repitió un guion conocido: un despliegue dominante del equipo neerlandés que terminó con un contundente 3-0. Los goles de Luna Fokke y Laura Nunnink en la primera mitad del partido inclinaron la balanza, mientras que Yibbi Jansen selló el marcador en el último cuarto, en medio de una impenetrable defensa naranja.
El equipo argentino, liderado por Rocío Sánchez Moccia, encontró una barrera infranqueable en el conjunto dirigido por Paul van Ass, rememorando anteriores duelos olímpicos donde Países Bajos siempre salió victorioso. Los recuerdos dolorosos de eliminaciones pasadas en Río 2016, Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Tokio 2020 resurgieron, añadiendo más amargura a la derrota.
Las palabras de la capitana argentina resonaron con tristeza y realidad: «Estructura, juego, su país… es todo lo que tiene Países Bajos y nosotras no. Hacemos un esfuerzo muy grande para estar acá. No tenemos ni una cancha de hockey en condiciones. Aun así, llegamos a una semifinal olímpica”. Esta reflexión no solo resalta la desigualdad en la infraestructura deportiva, sino también el inmenso esfuerzo y dedicación de las jugadoras argentinas.
A pesar de las dificultades, las Leonas se han mantenido como una potencia mundial en el hockey femenino, siendo las principales retadoras de las campeonas neerlandesas en diversas competiciones. Desde los históricos triunfos en los Mundiales de Perth 2002 y Rosario 2010, hasta los valiosos éxitos en torneos como el Champions Trophy y la Pro League, las argentinas han demostrado ser un equipo formidable.
La diferencia de recursos y condiciones entre ambos países es notable. Mientras en Países Bajos las canchas de agua y las mejores condiciones están disponibles desde las divisiones inferiores, en Argentina las jugadoras deben lidiar con sintéticos de menor calidad y limitaciones significativas. Sin embargo, el espíritu y la determinación de las Leonas siguen siendo admirables.
La oportunidad de luchar por la medalla de bronce aún está presente, y este viernes enfrentarán al perdedor del duelo entre China y Bélgica. La historia recuerda cómo la conquista del tercer lugar en Atenas 2004 y Pekín 2008 cambió el semblante de las jugadoras argentinas, y la esperanza de repetir esa hazaña sigue viva.
Las Leonas regresarán al campo de juego con la misma pasión y coraje que las caracteriza, decididas a dejar todo en la cancha y a escribir un nuevo capítulo en su historia olímpica.