El Gobierno calificó como «excesivas» las demandas de las provincias y reforzó su compromiso con el equilibrio fiscal, generando tensiones políticas y cancelando una reunión clave en el Congreso.
La Casa Rosada reafirmó su postura de austeridad fiscal al rechazar las demandas de las provincias sobre mayores recursos para coparticipación y cajas previsionales, consideradas inviables sin compensaciones claras. Esta tensión provocó la cancelación de una reunión parlamentaria crucial.
Funcionarios como Carlos Guberman, secretario de Hacienda, y José Luis Espert, presidente de la Comisión de Presupuesto, intentaron mediar en busca de consensos, pero las negociaciones no prosperaron. Desde el Ejecutivo, se sugirió que cualquier concesión implicaría recortes en áreas sensibles, como más de 400 proyectos de obra pública en distintas etapas de desarrollo.
El malestar político aumenta, mientras el Gobierno introduce nuevamente la discusión sobre la eliminación de las PASO como medida de ahorro, estimando un impacto positivo de 350 millones de pesos. A pesar del estancamiento en las negociaciones, el Ejecutivo confía en que su enfoque fiscal fortalecerá su imagen frente a los mercados y la opinión pública.