Hoy es el Día Provincial de la Memoria por la Verdad y la Justicia

DESTACADO DEL DIA

En 1976 la dictadura cívico-militar ejecutaba la Masacre de Margarita Belén. Se conoce como Masacre de Margarita Belén a la tortura y fusilamiento de 22 presos políticos, en su mayoría militantes de la Juventud Peronista, ultimados en un operativo conjunto del Ejército Argentino y la Policía del Chaco durante la noche del 12 al 13 de diciembre de 1976, en un lugar cercano a Margarita Belén.

La noche del 12 de diciembre de 1976, un grupo de detenidos fue subido en la alcaidía policial de Resistencia a dos vehículos del Ejército para, supuestamente, trasladarlos a Formosa. La versión oficial relató que un comando subversivo emboscó a los vehículos para rescatar a sus compañeros. Ya en democracia, la justicia demostró que se trató de una escena planificada bajo el nombre clave de “Encubrimiento rojo” para ocultar una ejecución a sangre fría.

“Siendo aproximadamente las 4.45 horas del día 13 de diciembre una columna que transportaba detenidos subversivos hacia Formosa fue atacada por una banda armada en la ruta Nacional N°11, próximo a la localidad chaqueña de Margarita Belén. Tres delincuentes subversivos fueron abatidos en el enfrentamiento producido, logrando escapar los restantes; aprovechando la confusión y la oscuridad”, decía el texto.

En este caso, se trataba del traslado de detenidos de la Unidad Penitenciaria 7 y del Regimiento de Infantería 1, con sede en Resistencia hacia la cárcel de Formosa y los tiempos no cerraban. Los dos camiones con los detenidos y el móvil policial que oficiaba de custodia habían salido de la capital chaqueña alrededor de las 23.30 del domingo 12 de diciembre y habían tardado más de cuatro horas -hasta las 4.45 de la madrugada del lunes 13- en recorrer los apenas 21 kilómetros que separaban la ciudad del lugar donde supuestamente se produjo la emboscada. Una demora inexplicable.

Luego se sabría que los prisioneros que supuestamente habían logrado escapar estaban en realidad muertos o desaparecidos y que sumaban 22, todos militantes de la Juventud Peronista o de Montoneros, y que los habían enterrado clandestinamente en tumbas preparadas con anterioridad al “traslado”.

Las víctimas eran trabajadores, estudiantes, docentes y periodistas, la mayoría de ellos muy jóvenes: Fernando Piérola, Carlos Zamudio, Luis Arturo Franzen, Manuel Parodi Ocampo, Patricio Blas Tierno, Luis Alberto Diaz, Néstor Sala, Luis Barco, Mario Cuevas, Carlos Alberto Duarte, Roberto Yedro, Reinaldo Amalio Zapata Soñé, Julio Andrés Pereyra, Emma Beatriz Cabral, Alcides Bosch, Dora Noriega, Delicia González, Carlos Enrique Tereszecuk, Eduardo Fernández, Ramon Luciano Diaz, Ramón Vargas y Raúl María Caire.

La “emboscada” y el “enfrentamiento” habían sido en realidad una masacre que pasaría a la historia con el nombre del lugar donde se montó la escena para encubrirla: La Masacre de Margarita Belén.

Primera confesión de la masacre

El primer testimonio ante un tribunal sobre la Masacre de Margarita Belén fue registrado en el Juicio a las Juntas Militares, en 1985, y fue el de un muerto.

En la audiencia de 5 de agosto de ese año, el ex miembro de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) Edwin Tissembaum presentó ante los jueces los detalles de una confesión que le hizo el parapolicial Eduardo Pío Ruiz Villaluso, cuando agonizaba en terapia intensiva luego de ser herido a cuchilladas por un oficial de la policía del Chaco.

Tissembaum grabó su testimonio en la sala de terapia intensiva, en presencia de un médico y de un escribano que certificaron la lucidez del hombre al contar los hechos. Según el parapolicial, cuando los vehículos llegaron al lugar donde se montó la escena, casi todos los “trasladados” estaban muertos. Los habían matado a golpes en la Alcaidía la misma tarde del domingo 12.

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