El Vaticano refuerza el Cónclave con blindaje digital contra espías

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La Santa Sede activó el mayor operativo de ciberseguridad de su historia para evitar filtraciones en la elección del próximo Papa. Bloqueadores de señal, inspecciones contra micrófonos ocultos y colaboración con agencias internacionales son parte de las medidas extremas.


Desde el siglo XIII, el Cónclave funciona bajo el principio del secreto absoluto. Pero hoy, el mayor riesgo no entra por la puerta, sino a través de ondas, cámaras ocultas y hackers. Por eso, el Vaticano decidió reconvertir la Capilla Sixtina en una “zona cero digital”.

Se instalaron bloqueadores de frecuencia, películas protectoras contra drones espías, se retirarán todos los dispositivos electrónicos de los cardenales y se implementaron redes de radio encriptadas. Además, se firmaron acuerdos con empresas de seguridad británicas e israelíes, y se sumó la agencia italiana de ciberseguridad.
La decisión se tomó luego de dos ciberataques al sitio oficial del Vaticano en 2022 y 2024, presuntamente vinculados a represalias rusas por posturas del Papa. El mensaje es claro: para proteger la espiritualidad, hoy también se necesita una muralla tecnológica.

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