En un circuito donde adelantar es casi imposible, Franco Colapinto tuvo una actuación prolija e inteligente este domingo en el Gran Premio de Mónaco. El piloto argentino finalizó 13°, tras largar desde la posición 18°, gracias a una estrategia efectiva de dos paradas anticipadas y sin cometer errores en una de las carreras más tácticas del calendario.
Colapinto, a bordo del Alpine, aprovechó con inteligencia los incidentes y abandonos —incluidos los de Pierre Gasly y Fernando Alonso— y mantuvo un ritmo constante a lo largo de las 78 vueltas. Aunque no logró realizar sobrepasos en pista ni fue superado, su progreso en la clasificación final fue fruto de decisiones oportunas en boxes y un manejo consistente.
La primera emoción del día llegó temprano, con un accidente en la vuelta 1 que involucró a Gabriel Bortoleto y derivó en el uso del Auto de Seguridad Virtual. Varios pilotos aprovecharon para hacer sus primeras detenciones. Colapinto, que había iniciado con neumáticos duros, pasó a compuestos medios en la vuelta 14, con los que se sintió más cómodo durante todo el fin de semana.
En el giro 27 cumplió con su segunda parada, volviendo a calzar medios, en una jugada táctica que le permitió ganar posiciones frente a otros pilotos que aún debían entrar a boxes. Con varios autos por delante debiendo cumplir con sus paradas reglamentarias, el argentino escaló al 13° lugar, su posición definitiva.
En la punta, Lando Norris dominó sin sobresaltos tras ganar la pole el sábado. El piloto británico mantuvo su liderazgo durante toda la carrera, seguido por Charles Leclerc y Oscar Piastri. Max Verstappen, que intentó presionar, debió conformarse con el cuarto puesto.
En resumen, Colapinto no brilló por velocidad, pero sí por cabeza fría y estrategia en un trazado donde la paciencia es clave. Fue una carrera sin errores y con lectura táctica: lo máximo posible dadas las limitaciones del auto y las condiciones de carrera.
