A horas del inicio del cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco, el arzobispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalik Iglic, reflexionó desde Roma sobre el legado del pontífice argentino y analizó las perspectivas del nuevo ciclo que se abrirá en la Iglesia Católica.
En diálogo con Somos Radio, Bokalik Iglic participó de las jornadas preparatorias junto a los 133 cardenales con derecho a voto, quienes comenzarán las deliberaciones este miércoles en la Capilla Sixtina. “Las reuniones son espacios de libertad, donde se exponen las visiones del mundo y de la Iglesia, a la luz del pontificado de Francisco”, expresó el arzobispo.
Consultado sobre la posibilidad de que otro argentino sea elegido papa, fue tajante: “Poder, se puede pensar. Pero es muy difícil imaginar que haya otro papa argentino en esta época”. Y aclaró que no tiene aspiraciones personales al respecto: “No me quita el sueño. Creo que la Iglesia ha dejado ciertos centralismos y buscará líderes de otros lugares”.
Bokalik destacó que el legado de Francisco continúa muy presente en estas discusiones. Señaló que el papa fallecido el 21 de abril promovió una Iglesia más abierta, cercana a los más vulnerables y alejada del encierro institucional. “Francisco nos impulsó al encuentro, a volver al origen de la misión: evangelizar desde la escucha, desde la realidad concreta de la gente”, explicó.
En ese sentido, valoró las decisiones del pontífice saliente al nombrar cardenales en regiones remotas y con baja densidad católica, lo que ayudó a diversificar el mapa de poder eclesiástico y a democratizar el acceso a los espacios de liderazgo dentro del Vaticano.
El cónclave que inicia el 7 de mayo será el más diverso de la historia, con representantes de 71 países. Para elegir al próximo papa, se requerirá una mayoría de dos tercios entre los 133 cardenales presentes, lo que equivale a un mínimo de 89 votos. Las votaciones se desarrollarán en secreto y sin plazos definidos, hasta alcanzar un consenso.
Mientras la Iglesia Católica se prepara para una nueva etapa, la influencia del papa Francisco continúa marcando la agenda eclesial, tanto en sus líneas pastorales como en la proyección global del catolicismo.
