El contador Walter Antonio Pasko, acusado de liderar una organización dedicada al lavado de activos y la emisión de facturas apócrifas, fue beneficiado con prisión domiciliaria por razones humanitarias. La medida fue concedida para que pueda hacerse cargo del cuidado de su hijo de seis años, quien padece una discapacidad y requiere atención permanente.
La decisión fue tomada por el Juzgado Federal de Resistencia, a cargo de la jueza Zunilda Niremperger, luego de evaluar informes médicos y psicológicos que evidenciaban un notable deterioro emocional en el niño desde la detención de su padre. Según el fallo, el menor presenta episodios de angustia y tristeza vinculados a la ausencia del progenitor.
La madre del niño —también imputada en la misma causa— había manifestado ante la Justicia que trabaja fuera del hogar y no cuenta con una red de apoyo familiar para asistir al menor. Los abuelos, además, tienen problemas de salud y viven en una zona rural con serias dificultades de acceso a servicios básicos y transporte.
Pasko fue señalado como líder de una presunta asociación ilícita que habría montado cooperativas y fundaciones con fines fraudulentos, utilizando CUITs ajenos y nombres de empresas reales para simular operaciones comerciales y facilitar maniobras de evasión fiscal.
Tanto la Fiscalía Federal como la Unidad de Información Financiera (UIF) y el organismo ARCA (ex AFIP) se opusieron al beneficio, argumentando que no se daban condiciones excepcionales para morigerar la prisión preventiva. Señalaron además que la causa está próxima a ser elevada a juicio y que existe riesgo de entorpecimiento de la investigación.
Pese a las objeciones, el juzgado resolvió que el bienestar del niño debía primar. Por ello, Pasko permanecerá en su domicilio con tobillera electrónica, bajo un régimen de control estricto.
