Miel en lugar de tala: cómo la apicultura orgánica transformó El Impenetrable

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En el norte chaqueño, comunidades originarias y criollas encontraron en las abejas una forma de cuidar el monte, generar ingresos y exportar uno de los productos más valorados del país.

Donde antes reinaba la tala, hoy florece un modelo productivo basado en el cuidado del monte y en el trabajo comunitario. En El Impenetrable chaqueño, la apicultura orgánica se consolida como una alternativa sustentable y rentable, desarrollada por familias que eligieron preservar la naturaleza y mejorar su calidad de vida.

El cambio comenzó en 2011 con políticas públicas que impulsaron esta actividad en parajes como Algarrobal, dentro de la comunidad Qom Meguexoxochi, cerca de El Espinillo. Allí, apicultores como Esteban Cabrera y cooperativas como Piaipi producen miel orgánica cumpliendo estrictas normas internacionales, en un entorno de monte nativo libre de agroquímicos.

La iniciativa ya cuenta con más de 250 productores organizados, que trabajan alrededor de 15.000 colmenas. En zonas como Pozo del Gato, familias como la de Apolineo Juárez y Santa Palavesino lograron reemplazar la tala por una fuente de ingresos más sostenible. “Empezamos con 11 colmenas y hoy tenemos 150”, cuentan. Incluso sus hijas se sumaron al oficio.

Aunque el clima extremo y la sequía complican la producción, la calidad de la miel chaqueña ha logrado posicionar a la Argentina entre los principales exportadores globales. El gran desafío, ahora, es sostener este modelo frente al avance del cambio climático y la adulteración de mieles en el mercado internacional.

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