Después de cuatro meses consecutivos de crecimiento, el mercado de combustibles en Argentina volvió a registrar una caída interanual en julio, según datos oficiales de la Secretaría de Energía. Se vendieron 1.447.866 metros cúbicos de naftas y gasoil, lo que implicó una baja del 1,16% respecto al mismo mes de 2023.
Este retroceso marca el fin de la recuperación iniciada en marzo y retoma la tendencia descendente que dominó buena parte del primer semestre de 2024, en un contexto de enfriamiento económico y menor demanda en sectores clave.
Comportamiento mensual y promedio diario
En comparación con junio, las ventas de combustibles crecieron 2,17%, pero como julio tuvo un día más, el promedio diario de despachos fue menor, confirmando el freno en la recuperación.
Cambios en el consumo: premium en alza, súper en baja
Los datos reflejan un cambio en las preferencias de los consumidores:
Nafta premium: +12,53% interanual
Gasoil grado 3 (premium): +3,9%
Nafta súper: -1,12%
Gasoil grado 2 (común): -12,19%
Este patrón indica mayor uso de vehículos particulares, frente a una caída en el consumo de gasoil, vinculado históricamente al sector agroindustrial y al transporte pesado, dos motores de la economía que hoy muestran debilidad.
Desempeño regional dispar
La evolución del consumo mostró fuertes contrastes entre provincias:
? Subas destacadas:
Tierra del Fuego: +9,71%
Formosa: +6,23%
San Juan: +4,38%
Caídas más pronunciadas:
Tucumán: -19,36%
La Rioja: -10,45%
Ciudad de Buenos Aires: -10,08%
Esto evidencia un retroceso del consumo en grandes centros urbanos, mientras que algunas provincias del norte y sur del país aún muestran cierta resistencia a la baja.
YPF lidera, Dapsa sorprende
En el análisis por empresa, YPF reafirmó su liderazgo con un aumento del 3,45% en ventas. En contraste:
Shell: -7,37%
Axion: -0,35%
Puma: -3,46%
La sorpresa del mes fue Dapsa, con un incremento del 8,18%.
El dato de julio confirma que la recuperación del mercado de combustibles sigue siendo frágil, afectada por la pérdida de poder adquisitivo, el menor movimiento en sectores productivos y una economía que aún no logra consolidar su repunte.
Las próximas semanas serán clave para saber si este retroceso fue un dato aislado o el inicio de una nueva fase contractiva.
