Gerardo Fernández Noroña (Morena) y Alejandro Moreno (PRI) protagonizaron una pelea en el recinto durante el cierre del año legislativo. La disputa, transmitida en vivo, expuso la tensión por las acusaciones cruzadas de vínculos con el narcotráfico y pedidos de intervención extranjera.
La política mexicana vivió un hecho inédito y violento dentro del Congreso. En la última sesión de la Comisión Permanente, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, y el legislador opositor Alejandro Moreno pasaron de los gritos a los golpes frente a sus pares y a las cámaras que transmitían en vivo.
Todo comenzó cuando Moreno, dirigente del PRI, reclamó que no se le había concedido la palabra en el debate. Tras increpar a Noroña en la tribuna, lo empujó y recibió como respuesta un puñetazo. La escena derivó en forcejeos y hasta un camarógrafo que intentaba interceder terminó derribado.
El cruce tuvo como trasfondo las acusaciones de la bancada oficialista contra la oposición, a la que señalan de promover una intervención militar de Estados Unidos para combatir a los cárteles de la droga. La oposición niega esas versiones y responsabiliza al gobierno de mantener vínculos con organizaciones criminales.
Luego del incidente, Noroña anunció que presentará una denuncia penal contra Moreno: “Es un hecho sin precedentes en la historia legislativa del país. No fue una discusión callejera, fue una agresión en plena sesión”, afirmó.
Moreno, en cambio, acusó a Noroña de cobarde y aseguró que sólo buscaba una explicación: “Lo exhibimos como lo que es. Aquí vamos a enseñar que a las mujeres se las respeta, no se las agrede”, lanzó en conferencia de prensa, en alusión a un cruce previo del oficialista con una legisladora.
El escándalo golpea a ambos senadores en un contexto ya marcado por denuncias de corrupción y señalamientos sobre presuntos nexos con el narcotráfico.