El ingreso de tropas estadounidenses reavivó la discusión sobre la presencia militar extranjera en el sur del país.
El Gobierno nacional autorizó, mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 697/2025, el ingreso de comandos Navy Seals de Estados Unidos para realizar ejercicios militares combinados junto a tropas argentinas. El operativo, denominado “Tridente”, se desarrollará del 20 de octubre al 15 de noviembre en Ushuaia, Bahía Blanca y Mar del Plata, con la participación de 30 comandos estadounidenses y 40 efectivos argentinos.
En Mar del Plata intervendrá la Agrupación de Buzos Tácticos, en Puerto Belgrano participará la Agrupación de Comando Anfibio y en Ushuaia se sumarán los comandos de montaña y nieve, con prácticas en el canal de Beagle. Desde la Secretaría Internacional de Defensa, a cargo de Juan Battaleme, explicaron que se trata de “entrenamientos en distintos escenarios y formatos de combate”, y destacaron que cuando las tropas estadounidenses llegan al país suelen dejar equipamiento.
La decisión generó polémica en el ámbito político, especialmente en Tierra del Fuego, donde resurgen versiones sobre la posible instalación de una base militar estadounidense. El Gobierno lo desmintió categóricamente, como ya había hecho en el pasado con rumores de una base china, aunque analistas remarcan la competencia estratégica entre potencias por financiar el polo logístico y la base naval integrada que Argentina busca desarrollar en Ushuaia.
El ejercicio militar se inscribe en un contexto de mayor acercamiento entre Buenos Aires y Washington. Argentina ya confirmó la compra de 24 cazas supersónicos de origen estadounidense a través de Dinamarca, de los cuales los primeros seis llegarán en diciembre. También se prevé la incorporación de blindados Striker y helicópteros de montaña. Mientras tanto, el presidente Javier Milei afianza sus alianzas estratégicas con Donald Trump y Benjamín Netanyahu, en busca de consolidar vínculos en defensa, seguridad y política exterior.
