La diputada rionegrina Lorena Villaverde finalmente decidió no renunciar a su banca en la Cámara baja, luego de que La Libertad Avanza no lograra reunir los votos necesarios para validar su diploma como senadora por Río Negro. Con esta maniobra, la legisladora busca evitar un rechazo formal a su designación en la Cámara alta, donde su ingreso quedó trabado por las objeciones de la oposición.
Villaverde había presentado su renuncia en Diputados con la intención de asumir como senadora por la minoría de su provincia. Sin embargo, su pliego fue devuelto la semana pasada a la Comisión de Asuntos Constitucionales, principalmente por la resistencia del bloque radical, que cuestiona su situación judicial vinculada a una causa por narcotráfico en los Estados Unidos y otras investigaciones en Río Negro.
Frente a ese panorama adverso, y ante el riesgo de que el Senado avance hacia un rechazo explícito, la legisladora decidió permanecer donde conserva mandato por dos años más. En el oficialismo admiten que Villaverde carece hoy del respaldo político mínimo para sostener su desembarco en la Cámara alta: “Quizás es lo mejor hasta que se expida Asuntos Constitucionales”, deslizó una fuente libertaria.
La marcha atrás deja a la diputada en una posición incómoda de cara a lo que viene. Su fallido ingreso al Senado y su salida inmediata del recinto generaron fuertes críticas incluso dentro del propio Congreso. Desde sectores opositores ya anticipan que su figura será blanco de cuestionamientos en la sesión preparatoria de este miércoles, donde deberá presentarse para votar autoridades.
Una diputada de Unión por la Patria fue tajante al enumerar los puntos que, según su espacio, vuelven insostenible la postulación de Villaverde: su causa por narcotráfico, sus vínculos con el empresario Fred Machado, denuncias por tierras en Río Negro, la aplicación de la ley de ficha limpia en su provincia y la imposibilidad de obtener visa para Estados Unidos. “Más casta no se consigue”, lanzó.
Mientras tanto, la legisladora aguardará la definición de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, aunque puertas adentro crece la percepción de que su camino en la Cámara alta quedó, al menos por ahora, clausurado.