Aldo Leiva: «el reclamo de soberanía sobre las Malvinas es irrenunciable e indiscutible»

Sociedad

El intendente de General San Martín, localidad del interior chaqueño, compartió una reflexión escrita en el marco de lo que será un nuevo Día del Veterano y los caídos en la guerra de Malvinas.

Por Aldo Leiva, soldado clase 63 Regimiento de Infantería 4 de Monte Caseros, Corrientes:

 

«Cada vez que nos aproximamos a esta fecha, no puedo evitar recordar cómo fueron aquellos días previos al 2 de abril del año 1982. Al ser clase 63 nos habíamos incorporado en febrero, y estaba previsto que tuviéramos nuestra primera licencia a fines de marzo. Varios compañeros fuimos hasta la estación de trenes para volver a nuestras casas, y allí nos dijeron que no había más pasajes y que debíamos regresar.

Ese 2 de abril amanecimos con la noticia de que las Malvinas habían sido recuperadas por un sorpresivo desembarco de nuestras tropas, como muestra de soberanía. A partir de allí comenzaron los preparativos para trasladarnos a la zona de conflicto, en un primer momento íbamos a estar en el continente, pero a fines de abril desembarcamos directamente en las islas donde permanecimos hasta la rendición.

A 36 años de aquella fecha no puedo evitar sentir tristeza por los camaradas fallecidos, bronca por la utilización política que hicieron las fuerzas de gobierno de ese momento; y orgullo por haber formado parte de una generación que ofreció su sangre por la patria y que en el fondo esa sangre sirvió también para iniciar el camino de recuperación de la democracia.

Tenemos que recordar a nuestras familias y a las de todos aquellos soldados que dejaron sus vidas en Malvinas, muchas de las cuales recién ahora están cerrando esas heridas producto de la identificación de tumbas. Esas familias se merecen nuestro homenaje y reconocimiento, puesto que después de tantos años saben en qué lugar de esas frías tierras están sus seres queridos.

 

Un reconocimiento que tardó años en llegar

Los excombatientes recién fuimos reconocidos durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández ya que, desde el punto de vista económico, nuestras pensiones pasaron de ser “graciables” a pensiones “de guerra”. Esto significó una diferencia sustancial de ingresos para aquellos camaradas que más lo necesitaban.

El exgobernador Jorge Milton Capitanich trasladó ese reconocimiento al plano provincial, ya que no solo aumentó nuestras pensiones sino que también mejoró nuestra cobertura social en el INSSSEP. Este fue un avance sustancial en nuestra condición, el cual nos permitió acceder a una atención médica de calidad y a personal especializado en salud mental. Hay que destacar también que algunos años atrás el exgobernador Roy Nikisch ya había ampliado nuestra cobertura dentro de la obra social.

 

Años no tan felices

A nivel nacional, en la actualidad estamos viviendo el proceso de mayor desmalvinización que yo recuerde, ya que el gobierno de Mauricio Macri ha despojado de todo acto heroico y patriótico lo ocurrido en las islas. No hay una política de defensa de nuestra soberanía, puesto que son más importantes las relaciones económicas que la reivindicación de nuestra propia historia. Desde esa perspectiva, la enorme mayoría de los excombatientes chaqueños coincidimos en afirmar que las mejores etapas que hemos tenido en cuanto al reconocimiento han sido durante los gobiernos anteriores.

 

La lucha por la soberanía debe continuar

En el final, quiero elevar una plegaria en nombre de nuestros soldados muertos en el combate, y también para todos aquellos que murieron producto del abandono, la desidia y la falta de contención de un estado que durante muchos años estuvo ausente. No todos los excombatientes hemos tenido la posibilidad de tener una contención familiar y de especialistas, lo cual ha generado que muchos compañeros no hayan podido soportar las consecuencias psicofísicas que generan una guerra.

A los jóvenes y las nuevas generaciones quiero decirles que la soberanía de Malvinas es irrenunciable, y para ello debemos seguir la lucha con otras armas. Esto implica un compromiso muy profundo de parte de todos los actores de la sociedad y en todos los ámbitos de la vida, ya que esa es la única manera de que la sangre derramada en la batalla no haya sido en vano».